Estres y ansiedad, Como tratarlo?

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EL ESTRÉS

El estrés actualmente constituye un novedoso tema de discusión debido a la importante influencia que tiene sobre la salud pública y el impacto económico que representa. Y es que según apuntan algunos datos, el estrés afecta a más de 40 millones de europeos y llega a causar hasta un 60% del absentismo laboral originando unos costes que se estiman en 20.000 millones de euros al año. Cada vez son más los estudios que confirman que el estrés es un factor de riesgo para el desarrollo de numerosas patologías tanto de ámbito psicológico como físico. El estrés crónico deteriora la sensación de bienestar y origina enfermedades cardiovasculares. Asimismo, produce un agotamiento de los sistemas corporales de defensa y múltiples alteraciones digestivas, musculoesqueléticas, sexuales y reproductoras.

El Dr. Hans Selye, considerado uno de los pioneros en la investigación del estrés, definió lo que él denominó “síndrome general de adaptación” como la respuesta no específica del organismo a cualquier demanda del exterior.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el estrés como “el conjunto de reacciones fisiológicas que prepara el organismo para la acción”. En términos globales se trata de un proceso adaptativo en el que se activan una serie de mecanismos de emergencia fundamentales para la supervivencia del individuo, especialmente ante amenazas y situaciones novedosas. Así el organismo reacciona con un incremento de su activación ante estímulos que pueden ser potencialmente peligrosos para él y se prepara ante esa situación de alarma.

Entre los factores estresantes se encuentran los cambios en la vida, el estrés de índole laboral, carencia de apoyo social o situaciones físicas como temperaturas extremas o niveles elevados de ruido. También la presencia de ciertas enfermedades puede desequilibrar el organismo originando situaciones de estrés.

En conclusión, podemos decir que el estrés es positivo cuando produce cierto grado de tensión en nuestro organismo a nivel físico, psicológico y conductual que nos permite desarrollar todas nuestras habilidades y motivación para la acción. Sin embargo, existe también el estrés nocivo cuando rompe el equilibrio del organismo y el individuo se ve superado por la tensión física y emocional a la que está sometido.

FASES DEL ESTRÉS

1. REACCIÓN DE ALARMA:

Constituye la reacción inicial frente al estresor. En el organismo se producen alteraciones en áreas cerebrales que se traducen en una hiperactividad en el eje hipotálamo-pituitario-adrenal y del sistema nervioso autónomo. Dicho eje está formado por el hipotálamo y la hipófisis, que se encuentran en la base del cerebro y las glándulas suprarrenales, situadas encima de los riñones. Ante una amenaza o riesgo, el hipotálamo segrega la hormona CRF (factor liberador de corticotropina), que actúa sobre la hipófisis y origina la secreción de la hormona adenocorticotropa (ACTH) que viaja por el torrente sanguíneo hasta la corteza de la glándula suprarrenal, dando lugar a la producción de corticoides concretamente cortisol y andrógenos. El cortisol, que es un glucocorticoide, participa en el mantenimiento de la presión arterial, suprime la función inmunitaria, posee una actividad hiperglucemiante (aumenta la concentración de glucosa en sangre), ayuda a degradar las proteínas, facilita la movilización de las grasas, entre otras funciones. Por otro lado, los andrógenos son las hormonas que estimulan el desarrollo de las características secundarias masculinas y el aumento tanto de la fuerza como de la masa muscular. A su vez, desde el hipotálamo se activa la vía simpática del sistema nervioso autónomo por lo que supone la segregación de catecolaminas, como la adrenalina y la noradrenalina. Estas hormonas son las encargadas de poner el organismo en estado de alerta provocando las siguientes respuestas fisiológicas: dilatación de las pupilas, dilatación bronquial, movilización de los ácidos grasos, produciendo un incremento de lípidos en sangre (posible arterioesclerosis), aumento de la coagulación, incremento del rendimiento cardíaco que puede originar una hipertensión arterial, vasodilatación muscular y vasoconstricción cutánea, hipersecreción de ácido en el estómago, entre otros procesos. La adrenalina es especialmente segregada en la médula suprarrenal en casos de estrés psíquico y de ansiedad, mientras que la noradrenalina es segregada por las terminaciones nerviosas simpáticas, aumentando su concentración principalmente en estrés de tipo físico, en situaciones de alto riesgo o de agresividad.

2. ESTADO DE RESISTENCIA:

El organismo intenta superar, adaptarse o afrontar la presencia de estresores. En esta fase los niveles de corticoesteroides tienden a normalizarse y tiene lugar la desaparición de la sintomatología.

3. FASE DE AGOTAMIENTO:

La exposición al organismo a una situación de estrés prolongado conduce progresivamente a un pérdida importante de ciertas capacidades fisiológicas, y con ello sobreviene la fase de agotamiento, en la cual el sujeto experimenta un retroceso de sus habilidades sociales, así como en sus capacidades de adaptación e interrelación con el medio. Se produce una alteración tisular y aparecen las enfermedades psicosomáticas.

TIPOS DE ESTRÉS

 ESTRÉS AGUDO: Forma de estrés más común. Situación poco duradera en el tiempo pero de gran intensidad. Supone un shock emocional. Hay una activación general del organismo y las alteraciones que se producen son fácilmente remisibles, si se suprime o mejora la causa.  ESTRÉS CRÓNICO: Es el que dura mucho tiempo, haciendo enfermar y desgatando los recursos de quien lo padece.

SINTOMATOLOGÍA

 SÍNTOMAS FÍSICOS5,6: Fatiga crónica; cefaleas y migraña; alteraciones gastrointestinales (ardor, indigestión, dispepsia, vómitos, ulcera gastroduodenal, dolor abdominal, colon irritable, diarrea…); alteraciones musculares (tensión y dolor muscular, tics); alteraciones respiratorias; alteraciones del sueño (insomnio); alteraciones dermatológicas (sequedad, prurito, dermatitis, erupciones); alteraciones cardiovasculares9-12(hipertensión, infarto agudo de miocardio, arritmogénesis; incremento de colesterol y triglicéridos en sangre); alteraciones inmunológicas13 (disminución de la función inmunitaria, alteración de la microflora intestinal)15; alteraciones menstruales y disfunciones sexuales.  SÍNTOMAS EMOCIONALES5,6: Ansiedad, depresión, irritabilidad, baja autoestima, falta de motivación, dificultades de concentración y descenso del rendimiento intelectual, inapetencia con respecto a las tareas habituales, descuidos.

ESTRATEGIA TERAPÉUTICA

1. MEDIDAS PARA LA PROMOCIÓN DE ESTILOS DE VIDA SALUDABLES

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Las medidas preventivas del estrés están estrechamente ligadas a la calidad de vida.  Es importante hacer ejercicio regularmente, puesto que normaliza los valores de las hormonas relacionadas con el estrés y mejora el estado de ánimo.  Dormir 7-8 horas regularmente mejoran sensiblemente los estados de estrés.  Ejercicios de relajación o de meditación también permiten regular el estrés.  Técnicas de control de respiración que permiten normalizar patrones alterados de respiración, ayudando a controlar la profundidad y la frecuencia respiratoria, la postura y el empleo de la musculatura adecuada, y que producen el efecto contrario del estrés.  Es fundamental disponer de tiempo para uno mismo y mantener una red de amigos y familiares.  Evitar el consumo de nicotina ya que afecta al ritmo cardíaco, acelera el pulso y provoca estrés.

2. INTERVENCIONES NUTRICIONALES

Es conveniente implantar un plan nutricional que permita al paciente mantener una dieta equilibrada, ya que los estados carenciales de ciertos nutrientes pueden agravar el estrés.  Incrementar el consumo de alimentos crudos (fruta fresca, verduras, hortalizas, etc.) que suponen un aporte de vitaminas, minerales y flavonoides.  Aumentar el consumo de vegetales de hoja verde, o suplementar la dieta con algas ricas en clorofila.  Consumir caldos de elaboración casera que ayudan a fortalecer el sistema inmunitario (sopa de ajo, jengibre, alfalfa, etc.).  Incrementar el consumo de algas marinas, ricas en yodo, que estimulan la actividad de la glándula tiroidea.  Ingerir alimentos ricos en triptófano entre los que destacan los pescados, la leche y los derivados, legumbres y semillas entre otros.  Incrementar el consumo de pescado azul y frutos secos que aportan ácidos grasos omega-3.  Evitar los azúcares refinados (azúcar blanco y harinas refinadas), ya que aumentan el drenaje de vitaminas B y C en el organismo. Las necesidades de vitamina C se ven drásticamente aumentadas en situaciones de estrés y el aporte de vitaminas del complejo B puede aliviar ciertos síntomas relacionados con el estrés.  Limitar el consumo de cafeína y alcohol, ya que interrumpen el ciclo vigilia-sueño. El alcohol incrementa la actividad de las glándulas adrenales responsables de la liberación de catecolaminas (adrenalina y noradrenalina) y glucocorticoides (cortisol y cortisona).  Incrementar el consumo de vitamina D así como de potasio y magnesio puede ser necesario ya que los glucocorticoides inhiben la actividad de vitamina D y aumentan la pérdida de estos dos minerales.

3. SUPLEMENTOS NUTRICIONALES

Los trastornos relacionados con el estado de ánimo son ya la segunda causa de enfermedad crónica, según un estudio publicado en British Journal of Psychiatry, por lo que no es de extrañar que cada vez se consuman más ansiolíticos para controlar el estrés y la ansiedad. La Dirección General de Farmacia del Ministerio de Sanidad y Consumo reconoce que en sólo cinco años el uso de ansiolíticos ha aumentado casi en un 40%14. El uso concomitante o no con otros tratamientos alternativos a la medicina convencional permiten disminuir la intensidad de los síntomas o incluso reducir la medicación ansiolítica, lo que es deseable, sobre todo por los efectos secundarios que presenta este tipo de medicación relacionados con la tolerancia, la dependencia y la somnolencia entre otros.

PLANTAS ADAPTÓGENAS

Aumentan la resistencia del organismo frente a una variedad de estresores

Whitania somnífera o Ashwagandha: Normaliza las funciones fisiológicas alteradas por estrés crónico ejerciendo la corrección en los desequilibrios del sistema neuroendocrino e inmune. Atenúa la sintomatología del estrés crónico.

Ocimum tenuiflorum: Considerada como un adaptógeno que equilibra distintos procesos corporales y que ayuda a adaptarse al estrés. Ha mostrado efectos positivos en un estudio realizado con pacientes con trastorno de ansiedad generalizado.

Rhodiola rosea: Influye sobre los niveles y la actividad de los neurotransmisores que participan en la respuesta al estrés y el estado de ánimo como son las monoaminas biógenas (serotonina, dopamina y noradrenalina). Además produce la depleción de catecolaminas adrenales inducidas por el estrés agudo. La actividad adaptogénica de Rhodiola también puede deberse a la inducción de la biosíntesis de péptidos opioides y a la activación de los receptores opioides centrales y periféricos.

Glycyrrhiza spp.: Presentan una modesta actividad glucocorticoide por lo que ejercería una ligera acción mimética aliviando el agotamiento suprarrenal presente en el estrés crónico.

Panax ginseng: Diferentes ensayos demuestran que ejerce una variedad de acciones tanto a nivel de glándula adrenal como en el eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal produciendo un efecto normalizador en dichas vías atenuando la respuesta física y mental frente al estrés.

Eleutherococcus senticosus: Los datos sugieren que tiene un efecto adaptógeno frente a condiciones físicas adversas, mejora la función mental y potencia la calidad del trabajo en condiciones de estrés.

CORTICOMODULADORES: Regulan la respuesta endocrina ejerciendo un efecto “buffer” en la sobreproducción de cortisol y ACTH en respuesta al estrés físico

Fosfatidilserina: Ha demostrado regular las fluctuaciones producidas en los niveles de cortisol inducido por estrés físico. También se han realizado estudios para valorar su eficacia sobre el estrés mental ejerciendo una disminución en la respuesta emocional frente al estrés inducido.

Ácidos grasos omega-3: Proporcionan flexibilidad a las membranas de las células del sistema nervioso central. En un estudio en el que se administró un suplemento de aceite de pescado durante tres semanas a pacientes expuestos a estrés mental, se observó una disminución en los niveles de glucocorticoides.

Esteroles y esterolines: Ayudan a mantener constantes los niveles de cortisol al reducir la respuesta adrenal al estrés.

Ácido alfa-lipoico: Evita la acumulación de catecolaminas en el tejido cardíaco en respuesta al estrés.

PLANTAS SEDANTES/ANSIOLÍTICAS

L-Teanina (Camellia sinensis): Produce un efecto relajante en situaciones de estrés debido a que incrementa las ondas cerebrales alfa las cuales se asocian a un estado de relajación. En el cerebro, la teanina incrementa los niveles de dopamina y serotonina, neurotransmisores que elevan el estado de ánimo y el humor.

Bacopa monnieri: En diversos estudios clínicos ha demostrado una actividad ansiolítica comparable al lorazepam, (una benzodiazepina utilizada habitualmente como ansiolítico) pero sin presentar los efectos secundarios asociados a este tipo de fármacos. Disminuye los síntomas asociados a la ansiedad, la fatiga mental e incrementa la capacidad intelectual.

Valeriana officinalis: Su acción sedante e hipnótica está relacionada con su capacidad para inhibir la recaptación y favorecer la liberación del GABA que es el principal neurotransmisor inhibidor del sistema nervioso central en el cerebro.19 En periodos de elevado estrés el GABA actuaría como un freno para el cerebro, por lo que en situaciones de ansiedad el GABA actuaría sobre sus receptores induciendo relajación.

Passiflora incarnata: Su efecto ansiolítico se basa en su interacción con receptores GABA-benzodiazepínicos y opioides.

Humulus lupulus: Se utiliza por su efecto sedante en casos de ansiedad, nerviosismo e insomnio. La Comisión Europea lo aprueba para alteraciones del humor, inquietud, ansiedad y trastornos del sueño. El mecanismo por el cual ejerce este efecto sedativo está todavía bajo investigación.

Matricaria chamomilla: Los estudios realizados concluyen que la apigenina, uno de los activos de la planta, se une a receptores benzodiazepínicos originando un efecto ansiolítico y sedante.

Galphimia glauca: Los resultados de los estudios indican que modula la transmisión sináptica de neuronas dopaminérgicas las cuales están implicadas en distintas funciones cognitivo-conductuales como son la motivación, el humor o el aprendizaje. El resultado de esta modulación provocaría un efecto depresor del sistema nervioso central.

Centella asiática: A dosis bajas ha demostrado mejorar el estado anímico y la función cognitiva en pacientes de edad avanzada. Su efecto ansiolítico vendría dado por su capacidad de estimular el enzima responsable de la síntesis de GABA a partir de su precursor, el ácido glutámico.

Melisa officinalis: Demostró tener un efecto inhibitorio de la GABA-transaminasa que es el enzima responsable de la degradación del GABA.

Piper methysticum: Diversos estudios han demostrado su efectividad como ansiolítico disminuyendo los síntomas asociados a la ansiedad. Se han obtenido resultados muy positivos en mujeres con ansiedad asociada a la menopausia. El mecanismo por el cual ejercería su acción ansiolítica está vinculado a la interacción con los receptores gabaérgicos.

Scutellaria lateriflora: Se ha utilizado tradicionalmente para los trastornos de ansiedad, inquietud, irritabilidad e insomnio. Su acción ansiolítica viene determinada por su contenido en GABA.

Ziziphus jujuba: Posee una acción ansiolítica y una mayor actividad sedativa e hipnótica. Actúa sobre las vías serotoninérgicas, las cuales están implicadas en funciones tan distintas como el humor, el sueño, la ira, entre otras.

Magnolia officinalis: Se le atribuye una acción ansiolítica y antidepresiva debido a que actúa sobre receptores GABA.20 Phellodendron amurense: Ha demostrado su actividad ansiolítica en diversos estudios. Su acción viene determinada por una disminución de los niveles de cortisol y del estrés percibido.

Astragalus membranaceus: Reduce el estrés asociado a trastornos de ansiedad, mejorando la capacidad cognitiva. Este efecto es debido a un reajuste de los niveles de ciertos neurotransmisores implicados en la respuesta al estrés. Además ejerce un efecto beneficioso sobre el sistema inmunitario, el cual se encuentra comprometido en situaciones de estrés.

Avena sativa: Parece estimular neurotransmisores dopaminérgicos implicados en la función cognitiva, la motivación y la depresión. Los resultados de los estudios sugieren que mejora las habilidades para afrontarse al estrés.

NEUROTRANSMISORES Y SUS PRECURSORES

GABA (ácido gamma amino butírico): Es un neurotransmisor que tiene una acción predominantemente inhibitoria sobre el sistema nervioso central (SNC) y ejerce un papel importante en los procesos de relajación, sedación y del sueño. Bajos niveles de GABA se asocian a trastornos neurológicos y psiquiátricos como son la ansiedad o la depresión.

L-Triptófano/5-Hidroxitriptófano (5-HTP): El L-Triptófano es el precursor de la serotonina (un neurotransmisor), de la melatonina (una neurohormona) y de la niacina (vitamina B3). El triptófano ha sido investigado por su aplicación en los trastornos del sueño. El enzima triptófano hidroxilasa (TH) transforma el triptófano en 5-HTP y es también el enzima limitante en la producción de serotonina. Este enzima puede ser inhibido en situaciones de estrés o cuando hay deficiencias de vitamina B6. El paso de 5-HTP a serotonina requiere la presencia de la forma activa de vitamina B6, piridoxal-5-fosfato, mientras que la conversión de serotonina a melatonina necesita de la presencia de S-adenosil-L-metionina (SAMe).La administración oral de 5-HTP incrementa los niveles de serotonina, así como de otros neurotransmisores implicados en la respuesta del estrés como son la melatonina, dopamina, norepinefrina y beta-endorfinas.

Melatonina: Es la hormona principal en la glándula pineal y actúa como un potente “cronobiótico” manteniendo los ritmos circadianos. La alteración de los ritmos biológicos es habitual en algunos trastornos neuropsiquiátricos por lo que suplementos de melatonina pueden ser necesarios para resincronizar los ciclos. L-Tirosina: Es un aminoácido precursor de catecolaminas. En situaciones de estrés crónico, las reservas de catecolaminas (noradrenalina y dopamina) se encuentran en fases de agotamiento por lo que la administración oral de L-Tirosina puede mejorar esta depleción. La L-Tirosina potencia la función cognitiva y alivia la fatiga en personas que estén privadas de sueño.

VITAMINAS

Tiamina (Vitamina B1): Se comporta como un nutriente protector de la glándula adrenal. Ayuda a mejorar el estrés en respuesta a la liberación de cortisol. Un déficit de esta vitamina se asocia a la aparición de problemas de depresión, cansancio, desmotivación y disminución del rendimiento intelectual.

Niacinamida (Vitamina B3): Mejora la cantidad y calidad del sueño. El triptófano es el punto de partida de dos rutas metabólicas distintas; la de la síntesis de serotonina y melatonina y la de la síntesis de vitamina B3. Parece que si se administra vitamina B3, se activa la vía metabólica triptófano-5-HTP- serotonina y se bloquea la vía de síntesis de triptófano a vitamina B3. La serotonina es un neurotransmisor que regula los estados de ánimo. Bajos niveles de serotonina se asocian a problemas de depresión.

Ácido pantoténico (Vitamina B5): Los estudios clínicos indican que una deficiencia de vitamina B5 compromete la función del córtex adrenal. Actúa regulando los niveles de cortisol a la baja cuando se produce una hipersecreción de cortisol asociado a condiciones elevadas de estrés.

Piridoxal-5-fosfato (Vitamina B6): Es cofactor de numerosos enzimas implicados en la síntesis de neurotransmisores asociados al estrés como son el GABA, serotonina y dopamina.

Metilcobalamina (Vitamina B12): Participa en la restauración del los ritmos circadianos contribuyendo a la mejora del sueño y normaliza los niveles de cortisol. Un déficit de vitamina B12 puede afectar a la síntesis de serotonina y catecolaminas y favorecer la depresión.

5-Metiltetrahidrofolato (5-MTHF): Es un importante regenerador de la tetrahidrobipterina (BH4), el cual es altamente susceptible a la oxidación. La BH4 es un cofactor esencial para la formación de neurotransmisores relacionados con el estrés, como son la serotonina, dopamina, noradrenalina y epinefrina.

Ácido ascórbico (Vitamina C): Es otro cofactor fundamental en la síntesis de neurotransmisores. Sus necesidades se ven aumentadas en situaciones de estrés. Parece que a dosis altas puede apoyar la función adrenal y disminuir los altos niveles de cortisol.

Inositol: El inositol junto con la colina son responsables de la creación de neurotransmisores implicados en la respuesta al estrés, como es la acetilcolina. Interviene en el equilibrio químico del cobre y del zinc en las células nerviosas. Una deficiencia en esta vitamina puede producir un exceso de cobre pudiendo provocar trastornos del sistema nervioso.

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